Originalmente diseñados para soportar el duro clima montañoso y las exigencias físicas del trabajo forestal y agrícola, los lederhosen se confeccionan con resistente piel de ciervo o gamuza. Históricamente, eran un compañero fiel que solía durar toda la vida y se transmitía de generación en generación. Hoy en día, muchos lederhosen lucen decoraciones elaboradas con bordados con motivos animales y vegetales, simbolizando una profunda conexión con la naturaleza, la resiliencia y el orgullo regional.
Ya sea en festivales folclóricos, reuniones familiares o en la vida cotidiana, los lederhosen conectan el pasado, el presente y el futuro. En el reverso de la moneda, un hombre con lederhosen y otros atuendos tradicionales, profusamente bordados, aparece sentado. Su sombrero, ropa y bastón están estampados a color. Una banda decorativa horizontal con un ciervo adorna el fondo. El anverso de la moneda presenta herramientas y productos utilizados en la marroquinería. Al fondo, a la izquierda, se extiende horizontalmente una sección de un cinturón tradicional con bordado a pluma, frente al cual se encuentra un punzón de costura.
La destreza, la paciencia y la experiencia del artesano convierten cada par de lederhosen en una obra de arte. Sin embargo, la perdurable tradición de los lederhosen no solo se basa en su artesanía, sino también en lo que representan: un pequeño rincón de hogar, un símbolo de calidad y la expresión de un estilo de vida que valora la artesanía y la autenticidad. Ya sea como reliquia familiar, un elemento destacado de la moda o un fiel compañero para el día a día, los lederhosen representan valores que nunca pasan de moda.