De hecho, aunque los humanos han estado cultivando el suelo durante miles de años, en los tiempos modernos la industrialización ha tenido consecuencias destructivas, con la contaminación, los fertilizantes artificiales, los monocultivos y la compactación del suelo reduciendo o impidiendo la productividad del edafón. Cuando el suelo se sella, se pierden sus funciones útiles, como el almacenamiento de agua y el filtrado de contaminantes. Actualmente en Austria se secan cada día unas 11,5 nuevas hectáreas de suelo natural, de las cuales aproximadamente la mitad están construidas.
Otra amenaza es el cambio climático: a medida que aumenta la temperatura, existe el riesgo de que el contenido de humus disminuya y el suelo se seque. Si luego llueve mucho, el suelo ya no puede absorber grandes cantidades de agua, lo que aumenta la probabilidad de erosión. Si no hacemos nada para evitar que esto ocurra, nuestro precioso e indispensable suelo estará cada vez más en peligro de convertirse en un bien escaso.
El anverso de Edaphon muestra los cinco factores que contribuyen al desarrollo del suelo: tiempo, material mineral, clima, organismos del suelo (en el núcleo de niobio) y el relieve del paisaje (en el anillo exterior de plata). En el centro están las raíces de una planta, cuyas hojas sobresalen del anillo de plata. El reverso de la moneda presenta un topo en la parte superior, una lombriz de tierra a la izquierda, un caracol en la parte inferior y una hormiga a la derecha. El núcleo de niobio muestra una hoja en la parte superior y otros tres organismos importantes debajo: un micelio de hongo a la izquierda, un escarabajo a la derecha y una lombriz de tierra encima.